jueves, 23 de mayo de 2013






Jean Paul Sartre













Por los Esudiantes:

Alves, María De Los Ángeles  
González, Ana Verónica         
Rodríguez, Cindy                    
Villalobos, Jacobo                   
                                                                                                   




Martes, 30 de abril, 2013.




INTRODUCCIÓN


             Jean Paul Sartre, filósofo con un amplio curriculum y personaje importante en la edad contemporánea. Sufrió de una infancia atípica teniendo como principal causa a ésto el fallecimiento de su padre, pero será por otro lado la etapa en la cual despertará en él un gran interés hacia la literatura.

             Polémico y antibelicista en su forma de ser aunque revolucionario a la hora de actuar. Irreverente ante los tabúes, los cuales ignoró desde joven al igual que en su adultez llevando a cabo practicas que eran mal consideradas y vistas, y que sin embargo adquirían cierta belleza en su mente y entorno.

              Sartre fue un soldado conscripto brillante por sus acciones al igual que por sus palabras y dotado de un hermoso discurso con el cual participó de manera activa en los enfrentamientos políticos y militares de la época y aun después mantuvo una férrea lucha por sus ideales,  siempre en busca de la justicia social a través de manifestaciones controvertidas.

             Seleccionado por el premio nobel, el cual rechazó de manera categórica, hecho inesperado, pero que denotó las fuertes convicciones y entereza propia de las cuales gozaba a pesar de su abrumadora fama mundial. Por el contrario, su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como el Mayo Francés, la revolución Cultural China y la revolución Cubana.

             Una mente abierta y altamente influyente en la literatura actual, poeta de elevado nivel. Su obra marco hito en la literatura actual y su polémica vida influenció en la sociedad de su época y trascendió hasta las nuevas generaciones, siempre caracterizado por una crudeza y sobriedad que quedaron en evidencia a la hora de su solitaria muerte. Siendo así que a la lista de valores humanos ampliamente marcados se pueden sumar el pragmatismo y la sencillez que traslucía entrelíneas.

Hombre rebelde que trascendió los paradigmas, y por ello se convirtió en merecedor de honores que repercuten en la actualidad.




DESARROLLO


·         Marco de contexto histórico del filósofo

La época de entreguerras (1914-1945) y la inmediata postguerra (1946-1950) es el periodo definitorio por excelencia del existencialismo y su razón de ser. Recordemos que entre 1914 y 1918 se desarrolla la primera Guerra Mundial, al tiempo que estalla la Revolución Rusa (1917). Esta confrontación no logra resolver las tensiones existentes en la sociedad occidental, de tipo económico, cultural y social. La conflictividad social está en auge y el fantasma de una revolución comunista asusta a las clases medias. Al mismo tiempo, las sociedades de masas hacen su aparición y a nivel cultural las vanguardias destruyen las formas tradicionales de entender el arte. 

El mantenimiento de estos problemas pone en evidencia la incapacidad de las democracias occidentales para afrontar las transformaciones sociales y económicas que demanda la sociedad de este tiempo. Esta incapacidad es también el fracaso definitivo de los valores ilustrados para reorientar la sociedad europea hacia una reconstrucción pacífica y ordenada. Es por ello que con las crisis económicas –especialmente con 1929-, los sistemas autoritarios fascistas se impongan en muchos países europeos, y añadan un componente más de irracionalidad a la política de los años 30, hasta acabar desembocando en la II Guerra Mundial.

El estallido de la II Guerra mundial acaba con las últimas esperanzas de un desenlace pacífico a las presiones de Hitler y Mussolini, y abren la puerta a un conflicto de dimensiones desconocidas para occidente, donde la población civil va a sufrir la peor parte de la guerra y donde la crueldad de los estados totalitarios se va a desarrollar con mayor saña. La guerra civil española, el holocausto judío, las víctimas de las purgas soviéticas, y la represión en toda la Europa ocupada por los nazis acabarán desarrollando un sentimiento colectivo de falta de sentido de la vida y de absurdo. Esto será el caldo de cultivo excepcional para toda la corriente existencialista. Cuando la guerra acabe en 1945, Europa estará sumamente empobrecida y sin referentes morales o políticos hacia los que apuntar: ni la religión tradicional, ni la democracia, ni la Ilustración estarán en condiciones de tomar el relevo ante la gran catástrofe. Europa ha dejado de ocupar la centralidad histórica que había disfrutado hasta ese momento, dejando el testigo a EEUU y la URSS, que inician el enfrentamiento de la Guerra fría. Ese será precisamente el momento –finales la década de los cincuenta-  en el que el existencialismo dejará paso a otras corrientes –neomarxismo, estructuralismo etc…- definidoras de una nueva época.

Todo este periodo de entreguerras es especialmente peculiar en Francia, país natal de Sartre. Francia sufre una continua merma de su importancia económica y política desde la Gran Guerra (a pesar de salir vencedora) y esto se ve con más fuerza cuando en 1940 sufra una rápida derrota en manos de Alemania. Francia vivirá la ocupación de su territorio durante cinco años y a las víctimas y destrucciones económicas se le añadirá un sentimiento de orgullo herido. La resistencia a la ocupación nazi atraerá a numerosas personas movidas por todo tipo de sentimientos: Sartre será uno de ellos. 

Esta pérdida de importancia sin embargo no se desarrolla en el campo cultural: durante todo este período, París sigue siendo el centro cultural mundial más importante, por encima de Nueva York o Berlín, y el lugar donde se impulsan todas las modas vanguardistas relevantes del momento, incluidas las artísticas, literarias o filosóficas: surrealismo, dadaísmo, cubismo, existencialismo… Es por ello que el existencialismo se va a hacer sumamente popular, por el mero hecho de ser la tendencia intelectual francesa del momento, y Sartre va a ser uno de los filósofos más conocidos del mundo por esas circunstancias.

Tras la II Guerra Mundial, Sartre va a estar implicado en otros procesos de la historia mundial muy relevantes: es testigo directo de la descolonización: el desmembramiento de los imperios coloniales europeos originados un siglo antes. Esta descolonización va a aplicarse de forma muy traumática en Francia con la guerra de Indochina y especialmente la guerra civil que estalla en Argelia. Sartre va a presionar continuamente para la progresiva independencia del país africano, que solo se conseguirá en 1962 con la llegada al poder de De Gaulle. Igualmente, Sartre se implicará en otros procesos de descolonización y en los conflictos originados por la guerra fría (Cuba, Vietnam). Por último En el año 68, Francia vivirá una fuerte revuelta estudiantil: la generación de postguerra (el baby boom) inicia su crítica a una sociedad de opulencia  demasiado conservadora y lucha por más espacios de libertad dentro de esa sociedad (libertad sexual, ruptura de la familia tradicional, emancipación de la mujer…). Esto llevará a Sartre a ponerse al frente de los jóvenes, pero a pesar de ser una figura reconocida, los acontecimientos superan ya la trayectoria vital del intelectual francés.



·         Biografía del filósofo

Jean-Paul Charles Aymard Sartre nacido en París el 21 de junio de de 1905, mejor conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista.

Los padres de Sartre fueron Jean-Baptiste Sartre, un oficial naval, y Anne-Marie Schweitzer, prima carnal de Albert Schuwitzer  (teólogo, misionero y musicólogo alemán). Su padre murió de fiebre cuando él tenía apenas un año y tres meses. Su madre busco consuelo en su pequeño hijo y concentró en el todos sus desvelos. Se traslado al hogar de sus padres donde tuvo mucha influencia por parte de su abuelo, Charles Schweitzer, quien enseñaría matemáticas a Jean-Paul y le introduciría desde muy joven a la literatura clásica. Cuando Sartre tenía 12 años, su madre se volvió a casar. El mimado “Poulou” (apodo que ella le había puesto) sintió ese casamiento como una perdida y una traición.

Estudió en París en la "elitista" École Normale Supérieure, graduándose en 1929 con un Doctorado en Filosofía. Más tarde amplió su instrucción en Suiza y Alemania, siendo influenciado en Berlín por las obras de Martin Heidegger y Edmund Husserl, para luego comenzar a impartir clases de Filosofía en la Universidad de la Sorbona a partir de 1929.

Es durante sus estudios en École Normale Supérieure que conoció a Simone de Beauvoir y a Raymond Aron. Sartre y de Beauvoir se volvieron compañeros inseparables durante el resto de sus vidas, quienes juntos como pareja combatieron las suposiciones y expectativas de la vida burguesa llevando una relación no monógama que no se sometería ni a la fórmula del matrimonio ni a la convivencia, incluso acordaron que su amor sería "absoluto", de modo que su mayor valor fuese la libertad, incluso la sexual pero convinieron en no ocultarse nada, incluso los detalles.. Aunque Beauvoir declaró que Sartre fue el mayor logro de su vida, pasó a la historia como una defensora de la libertad sexual y, de paso, escandalizó a la Francia de su época con tríos y duos bisexuales.

Sartre medía 1,55 y tenía estrabismo, pero sus ideas y su personalidad lo hacían muy atractivo para las mujeres. Se reconocía feo, pero argumentaba como arma suprema de sus ligues "mis bellos discursos y que soy escritor". Hasta que conoció a Simone de Beauvoir, sentía frente a las mujeres, una "superioridad acompañada de un sentimiento". Con Beauvoir fue distinto.
Sartre adoptó como hija a Arlette Elkaïm, una argelino-judía que al principio fue su alumna y luego le nombró heredera de sus derechos de autor.
Fue soldado conscripto del Ejército Francés entre 1929 a 1931 y en 1939 Sartre sirvió como meteorólogo en el Ejército Francés durante la Segunda Guerra Mundial, siendo capturado más adelante []por tropas alemanas en 1940 en Padoux, pasando 9 meses como prisionero de guerra por los nazis. Tras ser liberado a causa de su precaria salud, colaboró activamente con la Resistencia francesa.
A partir de 1945 abandonó su tarea de docente para dedicarse en exclusiva a la filosofía y la literatura, fundando ese mismo año junto a su compañera sentimental Simone de Beauvoir y el escritor Merleau-Ponty, la revista de tendencias izquierdistas "Les temps modernes". Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones.
Antibelicista convencido, Sartre se opuso de manera firme al colonialismo francés, declaró en 1959, que cada francés era responsable colectivamente de los crímenes durante la Guerra de Independencia de dicha colonia y reprochó las represiones soviéticas en Hungría y Checoslovaquia, se manifestó en contra de la Guerra del Vietnam, y en 1968 participó activamente en la popular revuelta parisinan, también criticó duramente el régimen de Stalin y al conflicto de la Guerra de los Seis Días.

Su obra resultó muy influyente en la contracultura americana y europea, siendo prohibido por la Iglesia Católica. Además de sus ensayos filosóficos, Sartre utilizó el teatro y la novela para transmitir sus ideas.
Su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como el Mayo Francés, la Revolución Cultural china -en su etapa de acercamiento a los maoístas, al final de su vida- y con la Revolución Cubana. A pesar de su abrumadora fama mundial, Sartre mantuvo su vida sencilla, con pocas posesiones materiales y activamente comprometido a varias causas hasta el final de su vida. Sartre adoptó como hija a Arlette Elkaïm, una argelino-judía que al principio fue su alumna y luego le nombró heredera de sus derechos de autor.
En 1973, Sartre comienza a sufrir una ceguera casi total, aparentemente por el consumo de anfetamina, lo que lo obliga a depender de sus amigos especialmente de Simone.
Jean Paul Sartre falleció el 15 de abril de 1980 en París, a los 74 años de edad, en el hospital de Broussais en el cual fue internado desde el día 20 de marzo de dicho año tras una edema pulmonar, finalmente complicada con una crisis cardiaca, esta enfermedad le apartó de la dirección de Libération (diario editado en París y fundado por el filósofo Jean-Paul Sartre junto a dos periodistas) años antes. Al momento de su muerte estaba acompañado de Simone de Beauvoir, su compañera de toda la vida, y de su hija adoptiva, la norteafricana Arlette El Kalim. Su muerte, casi en soledad, fue un símbolo de los últimos años de su vida, que desarrolló en medio de una gran precariedad económica, aunque rodeado de familiares y amigos fieles. Dedicado siempre a la literatura y al pensamiento, el padre del existencialismo contemporáneo no dejó de escribir, a pesar de que en los últimos tiempos fue atacado por una ceguera casi total. Dejó una obra inacabada, Poder y libertad, en la que sintetizaba sus posiciones últimas, las que le llevaron al lado de los libertarios y le convirtieron en un intelectual que no renunciaba a la acción y que tenía en el compromiso una norma de vida cotidiana. Fue enterrado el 20 de abril, rodeado de una inmensa multitud. Más de 20.000 personas acompañaron el féretro hasta el cementerio de Montparnasse, en París, donde descansan sus restos.
  • Las ideas de su filosofía

La filosofía de Sartre podría dividirse en tres períodos:
El primer período, marcado por la influencia de la fenomenología de Husserl. Mientras estuvo en Berlín como becario del Instituto Francés, habiendo estudiado sobre todo la filosofía de Husserl, los primeros escritos de Sartre, escritos entre los años 1936-1940, tienen una orientación claramente fenomenológica.

Así ocurre, por ejemplo, con su primera obra, "La trascendencia del Ego", en la que se discute la naturaleza de la conciencia, distinguiéndose de la posición adoptada por Husserl pero en clara dependencia con los planteamientos fenomenológicos. Lo mismo ocurre con sus otras obras, filosóficas o literarias, de la época, centradas las primeras en el interés por la psicología, adoptando una postura crítica respecto a las escuelas psicológicas de su tiempo.
El segundo período, marcado por la adopción de una postura atea y la asimilación de los presupuestos del existencialismo, siguiendo en este último aspecto las reflexiones de Heidegger respecto a la ontología de la filosofía de la existencia. En los años posteriores, hasta 1952, la actividad filosófica de Sartre se vuelve hacia el existencialismo que, a partir de la publicación de "El ser y la nada", pasa ser uno de los principales, o al menos en el más popular y conocido, representante del existencialismo.
Y el tercero, marcado por el intento de sintetizar el existencialismo con una visión crítica y alejada de las ortodoxias que mayormente dominaba el marxismo. Sin que se pueda decir que abandona las tesis más radicales del existencialismo, Sartre, a partir de los años 60 y hasta el final de su vida, orientará su actividad hacia el marxismo. No, ciertamente, hacia las formas más ortodoxas de marxismo, pero mostrará públicamente su interés hacia los países en los que el marxismo se constituyó en una forma de poder político, aunque sin escatimar las críticas, especialmente en aquellos aspectos en que un régimen totalitario choca con su concepción existencialista del ser humano como libertad. De esta época datan obras tan importantes como la "Crítica de la razón dialéctica", considerada por algunos como la declaración de su ruptura con el existencialismo, apreciación probablemente exagerada.
Por lo demás, hay que tener en cuenta de forma general la actividad literaria de Sartre, continuada a lo largo de toda su vida, así como la actividad periodística y su constante preocupación por las cuestiones sociales y políticas, que hicieron de él un modelo de referencia para los intelectuales comprometidos con la lucha contra la injusticia y las contradicciones sociales de su tiempo.
El existencialismo es un movimiento filosófico que se desarrolla a partir de 1927, con la publicación de "El ser y el tiempo", de Martín Heidegger, y que alcanzó su máximo esplendor en los años 40 del presente siglo, para decaer hacia la década de los 60. Su fundamental principio filosófico es el análisis de la existencia humana como punto de partida para cualquier ulterior reflexión sobre lo real. Como precursores de este movimiento hay que citar a Kierkegaard, quien influye poderosamente en el ambiente intelectual pre-existencialista, aportando numerosos temas de reflexión, y a Husserl, no tanto por el contenido de sus doctrinas como por el uso que harán algunos existencialistas (como Heidegger) de su método fenomenológico. Como lugares comunes del existencialismo podemos reseñar los siguientes puntos:
Todas las filosofías de la existencia arrancan de una llamada "vivencia existencial", que es entendida de diversos modos por los existencialistas: como fragilidad del ser", como "marcha anticipada hacia la muerte", o como "repugnancia o náusea general".
Su tema principal de investigación es la existencia, entendida como '`un modo de ser particularmente humano". El ser humano es, pues, el único animal que tiene existencia, en ese preciso sentido.
La existencia es concebida como una actualidad absoluta, no como algo estático, de lo que se pueda decir que es, sino como algo que se crea a sí misma en libertad, que deviene, que es un proyecto. La existencia, por lo tanto, es algo que pertenece sólo a los seres que pueden vivir en libertad.
En consecuencia, el ser humano es pura subjetividad, es decir, puro despliegue de su capacidad creadora, de su capacidad de ser para sí mismo, de su propio hacerse, de su "existir”. El ser humano se crea libremente a sí mismo, es su libertad. Pero pese a su subjetividad el ser humano no queda cerrado en sí mismo, sino que se halla esencial e íntimamente vinculado al mundo y, en especial, a los demás seres humanos. En su real y efectivo hacerse, la existencia deviene "co-existencia".
La distinción entre sujeto y objeto, tal como es planteada por la metafísica tradicional, es también rechazada por los existencialistas, entre quienes prevalece la vivencia de la realidad sobre el conocimiento de la realidad. Y en esa vivencia la oposición sujeto/objeto queda anulada.
La realidad es vivida fundamentalmente mediante la angustia, es decir, por medio de aquello por lo que el ser humano se da cuenta de su finitud y de la fragilidad de su posición en el mundo. La angustia se presenta como el modo en que el ser humano accede al fondo último de la realidad. No olvidemos las condiciones históricas que acompañan el surgimiento del existencialismo: entre la primera y la segunda guerra mundial.
Entre los más destacados representantes del existencialismo podemos destacar a los alemanes Heidegger (que es indiferente al tema de Dios) y Karl Jaspers (que admite la trascendencia del ser humano después de la muerte) dentro de la corriente que se ha dado en el llamado existencialismo negativo, y en la que también se suele encuadrar al francés Sartre (existencialismo ateo declarado y consecuente); y el también francés Gabriel Marcel, como representante del existencialismo teológico o espiritualista.
La filosofía de la existencia se presenta como una filosofía pesimista, cuya conclusión es la de que la existencia humana carece de sentido, es un absurdo (el ser humano, como dice Sartre, es "una pasión inútil "), ya que no hay ninguna esencia, ninguna dirección fija en la que deba desarrollarse. Pero es a partir del reconocimiento de la existencia de donde, precisamente, al no haber ninguna esencia prefijada, al no ser el ser humano esto o aquello, sino pura libertad, como es posible re-construir el ser de esa existencia y, con ello, la realidad toda y el ser humano, como un fruto de su libertad.
Jean Paul Sartre fue el filósofo existencialista más comentado y el que alcanzó mayor notoriedad en los círculos culturales de la Europa de la primera mitad del siglo XX, incluidos los no existencialistas y los no estrictamente filosóficos. 
La noción de existencia en el pensamiento de Sartre
La afirmación de que "la existencia precede a la esencia" es considerada como la característica fundamental del existencialismo. Ahora bien, la distinción entre esencia y existencia llega a la filosofía occidental de la mano de Tomás de Aquino, quien la había tomado de Avicena, y fue utilizada por él en el contexto de su teología para fundamentar la distinción entre los seres contingentes y el ser necesario, a fin de poder conciliar sus planteamientos aristotélicos con las exigencias de la revelación y los fundamentales dogmas del cristianismo. Según tal posición, Dios, el ser necesario, es el único ser en el que la esencia se identifica con la existencia, es decir, el único ser cuya esencia consiste en existir.
Todos los demás seres, sin embargo, poseen la existencia de un modo secundario, no forma parte de su esencia, por lo que son seres contingentes, que pueden existir o no existir. Fueron muchos los filósofos occidentales que consideraron tal distinción innecesaria, por cuanto la noción de existir no añade nada a la noción de la esencia de algo real, como en el caso de la posición adoptada por Kant, o por otras razones más o menos fundamentadas, rechazando así los planteamientos metafísicos del tomismo.
Según tal distinción entre la esencia y la existencia, la posición de la metafísica tradicional respecto a la relación Dios/seres humanos podría reducirse a una sencilla explicación del tipo: Dios piensa el ser humano (su esencia) y posteriormente lo crea, es decir, le da existencia a la esencia pensada, del mismo modo que un artesano piensa primero el objeto y luego lo construye según lo pensado. Ahora bien, ¿qué ocurre si suprimimos a Dios de esa relación? ¿Cómo explicamos la existencia de los seres humanos, de la realidad?
Sartre al partir de la negación de la existencia de Dios, y no desde una posición agnóstica sino desde un ateísmo radical, (que no es ninguna novedad en la filosofía, por lo demás, y menos en la de finales del siglo XIX y principios del XX), formulará una explicación distinta de lo que debemos entender por existencia, y de lo que la existencia significa en el caso de los seres humanos. Suprimido Dios, el esquema tradicional carece de sentido. No hay una esencia eterna a la que un ser supremo dota de existencia. La existencia de los seres humanos no se puede ya reducir a la realización de una esencia pensada por Dios. Los seres humanos "están ahí", existen como realidades que carecen de una esencia predefinida; y en ese "estar ahí", lo que sean dependerá exclusivamente de su modo de existir. Dado que ese existir no es algo "añadido" a una esencia predefinida, el existir de los seres humanos es anterior a lo que son en cuanto tales, su existir es anterior a su esencia. Y en la medida en que su ser esto o aquello depende de su propia realización como seres humanos, su hacerse, su existir, es un hacer libre. Los seres humanos no están sometidos a la necesidad de corresponderse a una esencia, por lo que la existencia debe ser asimilada a la contingencia, no a la necesidad. Los seres humanos son libres.
"Lo esencial es la contingencia", dice Sartre en La Náusea. "Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero jamás se les puede deducir.
Hay quienes, creo, han comprendido esto. Aunque han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Ahora bien, ningún ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es una máscara, una apariencia que se puede disipar; es lo absoluto y, en consecuencia, la perfecta gratuidad. Todo es gratuito, este jardín, esta ciudad y yo mismo".
El ser humano y la libertad en el pensamiento de Sartre
Distingue Sartre en el mundo dos tipos de realidades o entes, los que son "en-sí", y los que son "para-sí". Entre estos últimos se encuentran los seres humanos, en cuanto son conscientes de su propio ser, en cuanto existen, en el sentido anteriormente señalado. Los demás seres simplemente son. El ser humano, siendo consciente de su propio ser, y precisamente por ello, existe, ¿Cuál es, pues, el ser del ser humano, el ser del para sí? El ser del ser humano es la nada, tomada en su sentido más literal.
¿Cómo llega Sartre a alcanzar esta respuesta? El análisis de la conducta humana, basado en cierto modo en la filosofía de Heidegger, le lleva a Sartre a descubrir en el ser humano la posibilidad que éste tiene, frente a los demás seres, de contestar con un no, es decir: le lleva a descubrir al ser humano como posibilidad de negar. La interrogación nos descubre un nuevo componente de lo real, la negatividad. Pero ¿dónde está el origen de esta nada? No puede originarse en el ser en-sí, puesto que la noción de ser en-sí no contiene en su estructura la nada: el ser en-.sí es pura positividad. La idea de la nada tiene que venir, en consecuencia, del otro único tipo de ser, del ser para-sí, única realidad que queda, excluido en ser en-sí. Dice Sartre:
"Debe, por tanto, existir un ser - que no puede ser el para sí  y que tenga como propiedad el níhilizar (negar) la nada, soportarla en su ser y construirla continuamente de su existencia, un ser por el cual la nada venga a las cosas".
Pero, para ser el creador de la nada, el ser humano debe albergar en sí mismo la nada: el ser del ser humano, en definitiva, es la nada. No hay que entender esta nada como si el ser humano en sí mismo fuera absolutamente nada: en el ser humano hay un en-sí, es decir, su cuerpo, su "ego", sus costumbres... Pero lo específicamente humano es su no determinación, su libertad, su nada. Sartre nos dice, además, que el para-sí (el ser humano) se caracteriza por tres tendencias:
La tendencia del ser humano a la nada se descubre en la conciencia y en la libertad. Esta no es una propiedad del ser humano sino que es su propia esencia. Con ello nos quiere decir que no es cierto que exista primero el ser humano y luego se diga de él que es libre, sino que no hay, estrictamente hablando, diferencia alguna entre el ser del ser humano y el ser libre del ser humano: el ser humano es su propia libertad.
De la identificación del ser del ser humano y su propia libertad se deducen dos consecuencias importantes para la concepción del ser humano en Sartre, En primer lugar, el ser humano, como tal, no posee naturaleza alguna predeterminada, no se identifica con una esencia determinada: su esencia es su libertad, es decir, la indeterminación, la ausencia de toda determinación trascendente.
En segundo lugar, la existencia precede necesariamente a la esencia, hasta el punto de que la esencia del ser humano (del para-sí) es su propia existencia.
¿Cómo llegamos a la conciencia de la libertad? La libertad se revela en la angustia: "En la angustia adquiere el ser humano conciencia de su libertad o, si se prefiere, la angustia es el modo de ser de la libertad como conciencia del ser ". La angustia es la forma que tiene el ser humano de darse cuenta de lo que es, es decir, la forma de darse cuenta de que no es nada. El ser humano huye de la angustia y de este modo trata también de sustraerse de su libertad. Pero el ser humano no puede liberarse de la angustia, puesto que es su angustia, y por eso tampoco puede escapar de su liberta. El ser humano está, por ello, "condenado a ser libre".

  • Obras más importantes
Sus obras, tanto literarias como filosóficas, se enmarcan en las corrientes existencialistas, desarrollando una tendencia política marxista, siempre desde un posicionamiento revisionista e independiente.

La Imaginación (1936)
En 1935, Henri Delacroix invitó Jean-Paul Sartre a participar en una nueva colección de filosofía en la editorial Alcan, fue una excelente oportunidad para que Sartre sistematizara sus lecturas de Husserl, avanzara en las reflexiones que estaba desarrollando acerca de la imagen y planteara en un riguroso ensayo sus ideas sobre algunos de los conceptos – y particularmente el de la conciencia- que en años sucesivos se convertirían en auténticos temas centrales de su obra filosófica.
La Trascendencia del Ego (1936)
La trascendencia del Ego tiene directamente que ver, ante todo, con la tesis misma que la obra defiende. Esta tesis, expuesta con admirable brillantez, muestra al lector interesado que el yo, que su yo, su yo personal, no es un dato inmediato de la conciencia. Cabe decir que es aquí donde, por vez primera, la fenomenología francesa deja oír su propia voz. Si bien conocen ensayos previos, nunca antes se reflejó la ambición crítica, conjugada con la disciplina conceptual, como en este texto de Sartre.
La Náusea (1938)
En 1938 publicó su primera novela “la náusea”. La náusea es sin duda una novela metafísica, una novela de un innegable calado filosófico, pero también es el relato detallado de la experiencia humana de una calamidad, de una calamidad de nuestro tiempo: el sentimiento y la contemplación del absurdo de la existencia. Antoine Roquentin, su protagonista, está afectado de esa enfermedad en virtud de cual produce un vértigo muy desagradable, una arcada difícil de controlar.

El muro (1939)
Su libro el muro, es una colección de cinco cuentos, publicada en 1939. Los cuentos que lo forman son: El muro, La cámara, Eróstrato, Intimidad y La infancia de un jefe, Sartre los definió como cinco pequeños desastres trágicos y cómicos.
En este libro, Jean Paul Sartre destaca o muestra las distintas formas de cómo los seres humanos enfrentamos la muerte, que se acerca sigilosa y angustiosamente, pero con la plena seguridad de que saldrá victoriosa. Algunos la aceptan resignados; con la cabeza gacha; esperando que ella toque sus frentes; mientras que otros lloran y rasguñan el aire para evitar ese contacto.  Las manos sucias es otra obra teatral escrita por Jean Paul en 1948, y estrenada en el Teatro Antoine (Paris) el 2 de abril de este mismo año. En esta obra se explora las diferencias entre el "deber ser" y el "ser", así como la ambigüedad moral dentro del compromiso político, así como del enfrentamiento entre la "eficacia política" y el riesgo de comprometer los ideales propios, haciéndose eco de las doctrinas iniciales del existencialismo de Sarte. Se plantea la abstracción filosófica del hombre, con sus virtudes y defectos, en el cual los personajes no se modifican por las circunstancias, sino por su necesidad de realizarse.
El Ser y la Nada (1943)

El ser y la nada fue la primera obra de Jean Paul publicada en 1943, bajo el título original de L´être et le néant, pieza clave del existencialismo y que sería fundamental para entender su enfrentamiento a la política burguesa, reflejando su querencia a las ideas de izquierdas. Sartre analizó las posturas de Marx creando la idea del marxismo humanista, pese a que sus estudios fueran luego rebatidos por Louis Althusser. En el ser y la nada expresa que las personas son seres capaces de crear sus propias leyes al rebelarse contra todo tipo de estatutos, aceptando la responsabilidad, la ética y toda moral personal sin el apoyo de la sociedad. A lo largo de sus páginas, Sartre plantea qué es el ser y cómo dar un sentido al concepto de la nada.
A Puerta Cerrada (1944)
A puerta cerrada es una obra de teatro existencialista creada por él originalmente publicada en francés. La obra se inicia con el Mayordomo conduciendo a un hombre llamado Garcín hacia un cuarto, que la audiencia pronto identifica como el infierno (el infierno puede ser un hotel gigantesco, debido a los "cuartos y pasillos" mencionados en la obra). El cuarto no tiene espejos ni ventanas y sólo cuenta con una puerta, tres sillones, una estatua de bronce y un abrecartas. Finalmente, una mujer, Inés, entra a la habitación de Garcín, y posteriormente otra, Estelle. Después de que ambas ingresen, el Mayordomo sale y la puerta es cerrada con llave.
Todos esperan ser torturados, pero no aparece torturador alguno. En lugar de ello, ellos descubren que están ahí para torturarse entre ellos, lo cual parecen estar logrando.
Al principio, los tres observan eventos que les conciernen, sucediendo en Tierra, pero finalmente (conforme su conexión con Tierra se desvanece y los vivos prosiguen) son abandonados con sus propios pensamientos y la compañía de los otros dos. Al final de la obra, Garcín exige salir; tras decirlo, la puerta se abre, pero ninguno decide salir, ya que se dan cuenta de que no pueden vivir los unos sin los otros.
Los Caminos de la Libertad I, II, III (1943-1945-1949)
Forman un estupendo fresco de la Francia antes, durante y después de la II Guerra Mundial.
El primer libro, "La edad de la razón" se nos presenta un París en plena ebullición cultural. El protagonista debe recaudar el dinero suficiente para pagar el aborto de su novia. Con este pretexto, el autor nos sorprende con una galería de personajes y situaciones que enganchan desde el primer momento.
En el segundo libro, "La Prorroga" nos cuenta el momento justo antes de la invasión alemana de Francia. Los mismos personajes, más algunos nuevos, viven la nueva situación de diferentes modos. En mi opinión es el mejor libro de los tres, y su estilo narrativo, muy complejo, es impagable.
El tercer libro, el más flojo, nos presenta una Francia dominada por los alemanes. La humillación de la derrota persigue a los protagonistas. Los fragmentos del campo de prisioneros son muy realistas (como todo Sartre) y evita todo tipo de sentimentalismo o de heroísmo de los prisioneros.
El Existencialismo es un Humanismo (1946)
Así empieza el libro que, como tiene un fin aclaratorio, concreta y explica de manera totalmente eficaz los temas fundamentales del movimiento existencialista en los años cuarenta, recién terminada la guerra.
Critica de la Razón Dialéctica (1960)
Sartre se cuestiona sobre la manera de conformar una antropología estructural e histórica que no deje de lado la concreción del objeto estudiado en un sistema fijo de conceptos. Para ello, propone que la antropología marxista es la única que puede servir para este objetivo, siempre y cuando esta empiece por comprender lo humano que supone el existencialismo. De esta manera, Sartre intentó reconciliar el marxismo con el existencialismo, usando eventos de la Revolución Francesa y otros sucesos históricos.


CONCLUSIONES


 La filosofía de Sartre es bastante radical sobre la existencia del hombre y su finalidad en el mundo. Puede ser considerada por muchos como una postura pesimista e individualista, pero no puede ser negada su originalidad ni su validez. Sartre como filósofo y escritor debe ser nombrado al hablar de los mayores exponentes del pensamiento filosófico contemporáneo, dado que en todas sus obras podemos palpitar un gran compromiso por mostrar la realidad objetiva del hombre como ser humano.

Jean Paul se hizo acreditado como existencialista y es muy probable que siempre se lo recuerde como tal. A fines de la segunda guerra mundial, la destrucción y la muerte originada por el conflicto desataron la mirada optimista acerca del progreso suscitado en el discurso positivista. Es allí donde se desarrolla la figura de Sartre, que sin haber inventado la palabra existencialismo se le concede una fuerte representación a esta filosofía la cual para algunos es más una actitud que una escuela de pensamiento, llama la atención por atender temas como la subjetividad, la finitud, la autenticidad, la libertad y la soledad. Pero se denomina existencialismo a una serie de doctrinas filosóficas que, aunque suelen diferir en mucho puntos, coinciden en considerar que es la existencia del ser humano, el ser libre, la que define su esencia, en lugar de ser su esencia humana la que establece su existencia. Para Sartre, el existencialismo es la filosofía que hace suya la comunicación de que la “existencia procede a la esencia”

             Jean Paul Sartre deja tras de sí un legado lleno de lucidez y filosofía contenidas en pensamientos subversivos y actos revolucionarios; así como el pensamiento de libertad como concepto central de la existencia humana, el cual ha causado ecos aun después de su muerte.

            Para muchos, Sartre representa el compromiso de los intelectuales con la liberación del hombre, de los pueblos, contra las injusticias y la opresión. Nos convoca para que caminemos el sendero del compromiso permanente con la defensa de la dignidad humana.

Jean Paul Sartre marco una época y se posesiono por siempre como el máximo exponente del existencialismo, ahora y en el futuro seguirá siendo estudiado su pensamiento y su creación literaria.





REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


JEAN-PAUL SARTRE Y SIMONE DE BEAUVOIR, "sin fecha"

Fundación Wikimedia, Inc., Jean-Paul Sartre, 02 de abril del 2013
https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Paul_Sartre: Viernes, 05 de abril de 2013

filosofiajosefinas, CONTEXTO HISTÓRICO DE SARTRE, "sin fecha"
Documento en línea. http://filosofiajosefinas.wikispaces.com/: Sabado, 06 de abril de 2013

Aloha Criticón, JEAN-PAUL SARTRE, "sin fecha"

Lecturalia S.L. , Jean-Paul Sartre, "sin fecha"
http://www.lecturalia.com/autor/1085/jean-paul-sartre: Viernes, 05 de abril de 2013-04-05
Autor Desconocido (2009) Jean Paul Sartre
http://www.webdianoia.com/contemporanea/sartre/sartre_text.htm: 24 de abril de 2013. Publicación sobre la Biografía del Filósofo y Filosofía de Jean Paul Sartre.





No hay comentarios:

Publicar un comentario