Jean Paul Sartre
Por los Esudiantes:
Alves,
María De Los Ángeles
González,
Ana Verónica
Rodríguez,
Cindy
Villalobos,
Jacobo
Martes, 30 de abril, 2013.
INTRODUCCIÓN
Jean Paul Sartre, filósofo con un amplio
curriculum y personaje importante en la edad contemporánea. Sufrió de una
infancia atípica teniendo como principal causa a ésto el fallecimiento de su
padre, pero será por otro lado la etapa en la cual despertará en él un gran
interés hacia la literatura.
Polémico y antibelicista en su forma de ser aunque
revolucionario a la hora de actuar. Irreverente ante los tabúes, los cuales
ignoró desde joven al igual que en su adultez llevando a cabo practicas que
eran mal consideradas y vistas, y que sin embargo adquirían cierta belleza en
su mente y entorno.
Sartre fue un soldado conscripto brillante por sus acciones al igual que
por sus palabras y dotado de un hermoso discurso con el cual participó de
manera activa en los enfrentamientos políticos y militares de la época y aun
después mantuvo una férrea lucha por sus ideales, siempre en busca de la justicia social a
través de manifestaciones controvertidas.
Seleccionado por el premio nobel, el cual
rechazó de manera categórica, hecho inesperado, pero que denotó las fuertes
convicciones y entereza propia de las cuales gozaba a pesar de su abrumadora
fama mundial. Por el contrario, su vida se caracterizó por una actitud
militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes
acontecimientos de su época, como el Mayo Francés,
la revolución Cultural China y la revolución Cubana.
Una mente abierta y altamente influyente en la
literatura actual, poeta de elevado nivel. Su obra marco hito en la literatura
actual y su polémica vida influenció en la sociedad de su época y trascendió
hasta las nuevas generaciones, siempre caracterizado por una crudeza y
sobriedad que quedaron en evidencia a la hora de su solitaria muerte. Siendo
así que a la lista de valores humanos ampliamente marcados se pueden sumar el
pragmatismo y la sencillez que traslucía entrelíneas.
Hombre rebelde que trascendió los
paradigmas, y por ello se convirtió en merecedor de honores que repercuten en
la actualidad.
DESARROLLO
·
Marco de
contexto histórico del filósofo
La época de entreguerras (1914-1945) y la inmediata
postguerra (1946-1950) es el periodo definitorio por excelencia del
existencialismo y su razón de ser. Recordemos que entre 1914 y 1918 se
desarrolla la primera Guerra Mundial, al tiempo que estalla la Revolución Rusa
(1917). Esta confrontación no logra resolver las tensiones existentes en la
sociedad occidental, de tipo económico, cultural y social. La conflictividad
social está en auge y el fantasma de una revolución comunista asusta a las
clases medias. Al mismo tiempo, las sociedades de masas hacen su aparición y a
nivel cultural las vanguardias destruyen las formas tradicionales de entender
el arte.
El mantenimiento de estos problemas pone en
evidencia la incapacidad de las democracias occidentales para afrontar las
transformaciones sociales y económicas que demanda la sociedad de este tiempo.
Esta incapacidad es también el fracaso definitivo de los valores ilustrados
para reorientar la sociedad europea hacia una reconstrucción pacífica y
ordenada. Es por ello que con las crisis económicas –especialmente con 1929-,
los sistemas autoritarios fascistas se impongan en muchos países europeos, y
añadan un componente más de irracionalidad a la política de los años 30, hasta
acabar desembocando en la II Guerra
Mundial.
El estallido de la
II Guerra mundial acaba con las últimas
esperanzas de un desenlace pacífico a las presiones de Hitler y Mussolini, y
abren la puerta a un conflicto de dimensiones desconocidas para occidente,
donde la población civil va a sufrir la peor parte de la guerra y donde la
crueldad de los estados totalitarios se va a desarrollar con mayor saña. La
guerra civil española, el holocausto judío, las víctimas de las purgas
soviéticas, y la represión en toda la
Europa ocupada por los nazis acabarán desarrollando un
sentimiento colectivo de falta de sentido de la vida y de absurdo. Esto será el
caldo de cultivo excepcional para toda la corriente existencialista. Cuando la
guerra acabe en 1945, Europa estará sumamente empobrecida y sin referentes
morales o políticos hacia los que apuntar: ni la religión tradicional, ni la democracia,
ni la Ilustración
estarán en condiciones de tomar el relevo ante la gran catástrofe. Europa ha
dejado de ocupar la centralidad histórica que había disfrutado hasta ese
momento, dejando el testigo a EEUU y la
URSS , que inician el enfrentamiento de la Guerra fría. Ese será
precisamente el momento –finales la década de los cincuenta- en el que el existencialismo dejará paso a
otras corrientes –neomarxismo, estructuralismo etc…- definidoras de una nueva
época.
Todo este periodo de entreguerras es especialmente
peculiar en Francia, país natal de Sartre. Francia sufre una continua merma de
su importancia económica y política desde la
Gran Guerra (a pesar de salir vencedora) y
esto se ve con más fuerza cuando en 1940 sufra una rápida derrota en manos de
Alemania. Francia vivirá la ocupación de su territorio durante cinco años y a
las víctimas y destrucciones económicas se le añadirá un sentimiento de orgullo
herido. La resistencia a la ocupación nazi atraerá a numerosas personas movidas
por todo tipo de sentimientos: Sartre será uno de ellos.
Esta pérdida de importancia sin embargo no se
desarrolla en el campo cultural: durante todo este período, París sigue siendo
el centro cultural mundial más importante, por encima de Nueva York o Berlín, y
el lugar donde se impulsan todas las modas vanguardistas relevantes del
momento, incluidas las artísticas, literarias o filosóficas: surrealismo,
dadaísmo, cubismo, existencialismo… Es por ello que el existencialismo se va a
hacer sumamente popular, por el mero hecho de ser la tendencia intelectual
francesa del momento, y Sartre va a ser uno de los filósofos más conocidos del
mundo por esas circunstancias.
Tras la II Guerra
Mundial, Sartre va a estar implicado en otros procesos de la historia mundial
muy relevantes: es testigo directo de la descolonización: el desmembramiento de
los imperios coloniales europeos originados un siglo antes. Esta
descolonización va a aplicarse de forma muy traumática en Francia con la guerra
de Indochina y especialmente la guerra civil que estalla en Argelia. Sartre va
a presionar continuamente para la progresiva independencia del país africano,
que solo se conseguirá en 1962 con la llegada al poder de De Gaulle.
Igualmente, Sartre se implicará en otros procesos de descolonización y en los
conflictos originados por la guerra fría (Cuba, Vietnam). Por último En el año
68, Francia vivirá una fuerte revuelta estudiantil: la generación de postguerra
(el baby boom) inicia su crítica a una sociedad de opulencia demasiado conservadora y lucha por más
espacios de libertad dentro de esa sociedad (libertad sexual, ruptura de la
familia tradicional, emancipación de la mujer…). Esto llevará a Sartre a
ponerse al frente de los jóvenes, pero a pesar de ser una figura reconocida,
los acontecimientos superan ya la trayectoria vital del intelectual francés.
·
Biografía del
filósofo
Jean-Paul
Charles Aymard Sartre nacido en París
el 21 de junio
de de 1905, mejor conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo,
escritor,
novelista,
dramaturgo,
activista político, biógrafo
y crítico literario francés,
exponente del existencialismo y del marxismo humanista.
Los padres de Sartre fueron
Jean-Baptiste Sartre, un oficial naval, y Anne-Marie Schweitzer, prima
carnal de Albert Schuwitzer (teólogo,
misionero y musicólogo alemán). Su padre murió de fiebre cuando él tenía apenas
un año y tres meses. Su madre busco consuelo en su pequeño hijo y concentró en
el todos sus desvelos. Se traslado al hogar de sus padres donde tuvo mucha
influencia por parte de su abuelo, Charles Schweitzer, quien enseñaría matemáticas a Jean-Paul
y le introduciría desde muy joven a la literatura clásica. Cuando
Sartre tenía 12 años, su madre se volvió a casar. El mimado “Poulou” (apodo que
ella le había puesto) sintió ese casamiento como una perdida y una traición.
Estudió en París en la
"elitista" École Normale Supérieure, graduándose en 1929
con un Doctorado en Filosofía. Más tarde amplió su instrucción en Suiza y
Alemania, siendo influenciado en Berlín por las obras de Martin Heidegger y
Edmund Husserl, para luego comenzar a impartir clases de Filosofía en la
Universidad de la Sorbona a partir de 1929.
Es durante sus estudios en École Normale Supérieure que conoció a Simone de Beauvoir y a Raymond Aron.
Sartre y de Beauvoir se volvieron compañeros inseparables durante el resto de
sus vidas, quienes juntos como pareja combatieron las suposiciones y
expectativas de la vida burguesa llevando una relación no monógama
que no se sometería ni a la fórmula del matrimonio ni a la convivencia, incluso
acordaron que su amor sería "absoluto", de modo que su mayor valor
fuese la libertad, incluso la sexual pero convinieron en no ocultarse nada,
incluso los detalles.. Aunque Beauvoir declaró que Sartre fue el mayor logro de
su vida, pasó a la historia como una defensora de la libertad sexual y, de
paso, escandalizó a la Francia de su época con tríos y duos bisexuales.
Sartre medía 1,55 y tenía estrabismo,
pero sus ideas y su personalidad lo hacían muy atractivo para las mujeres. Se
reconocía feo, pero argumentaba como arma suprema de sus ligues "mis
bellos discursos y que soy escritor". Hasta que conoció a Simone de
Beauvoir, sentía frente a las mujeres, una "superioridad acompañada de un
sentimiento". Con Beauvoir fue distinto.
Sartre adoptó como
hija a Arlette Elkaïm, una argelino-judía que al principio fue su alumna y
luego le nombró heredera de sus derechos de autor.
Fue soldado conscripto del Ejército Francés entre 1929 a 1931 y en 1939 Sartre
sirvió como meteorólogo en el Ejército Francés durante la Segunda Guerra Mundial, siendo capturado más
adelante []por tropas alemanas
en 1940 en Padoux,
pasando 9 meses como prisionero de guerra por los nazis. Tras ser liberado a causa de su precaria salud, colaboró
activamente con la Resistencia francesa.
A partir de 1945 abandonó su tarea de docente para
dedicarse en exclusiva a la filosofía y la literatura, fundando ese mismo año
junto a su compañera sentimental Simone de Beauvoir y el escritor
Merleau-Ponty, la revista de tendencias izquierdistas "Les temps modernes".
Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó
explicando en una carta a la Academia Sueca
que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los
lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar
por las instituciones.
Antibelicista convencido, Sartre se opuso de manera firme
al colonialismo francés, declaró en 1959, que cada francés era responsable
colectivamente de los crímenes durante la Guerra de Independencia de dicha colonia y
reprochó las represiones soviéticas en Hungría y Checoslovaquia, se manifestó
en contra de la Guerra del Vietnam, y en 1968 participó activamente en la
popular revuelta parisinan, también criticó duramente el régimen de Stalin y al
conflicto de la Guerra de los Seis Días.
Su obra resultó muy influyente en la contracultura
americana y europea, siendo prohibido por la Iglesia Católica. Además de sus
ensayos filosóficos, Sartre utilizó el teatro y la novela para transmitir sus
ideas.
Su vida se caracterizó por una
actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes
acontecimientos de su época, como el Mayo Francés,
la Revolución Cultural china -en su etapa de
acercamiento a los maoístas, al final de su vida- y con la Revolución Cubana. A pesar de su abrumadora
fama mundial, Sartre mantuvo su vida sencilla, con pocas posesiones materiales
y activamente comprometido a varias causas hasta el final de su vida. Sartre adoptó como hija a Arlette Elkaïm, una
argelino-judía que al principio fue su alumna y luego le nombró heredera de sus
derechos de autor.
En 1973, Sartre
comienza a sufrir una ceguera casi total, aparentemente por el consumo de
anfetamina, lo que lo obliga a depender de sus amigos especialmente de Simone.
Jean Paul Sartre falleció el 15 de abril de 1980 en París, a los 74 años
de edad, en el hospital de Broussais en el cual fue internado desde el día 20
de marzo de dicho año tras una edema pulmonar,
finalmente complicada con una crisis cardiaca, esta enfermedad le apartó de la dirección de Libération (diario editado en París y
fundado por el filósofo Jean-Paul Sartre junto a dos periodistas) años
antes. Al momento de su muerte estaba
acompañado de Simone de Beauvoir, su compañera de toda la vida, y de su hija
adoptiva, la norteafricana Arlette El Kalim. Su muerte, casi en soledad, fue un
símbolo de los últimos años de su vida, que desarrolló en medio de una gran
precariedad económica, aunque rodeado de familiares y amigos fieles. Dedicado
siempre a la literatura y al pensamiento, el padre del existencialismo
contemporáneo no dejó de escribir, a pesar de que en los últimos tiempos fue
atacado por una ceguera casi total. Dejó una obra inacabada, Poder y libertad,
en la que sintetizaba sus posiciones últimas, las que le llevaron al lado de
los libertarios y le convirtieron en un intelectual que no renunciaba a la
acción y que tenía en el compromiso una norma de vida cotidiana. Fue enterrado el 20 de
abril, rodeado de una inmensa multitud. Más de 20.000 personas acompañaron el
féretro hasta el cementerio de Montparnasse, en París,
donde descansan sus restos.
- Las ideas de su filosofía
La filosofía de Sartre podría
dividirse en tres períodos:
El primer período, marcado por
la influencia de la fenomenología de Husserl. Mientras estuvo en Berlín como
becario del Instituto Francés, habiendo estudiado sobre todo la filosofía de
Husserl, los primeros escritos de Sartre, escritos entre los años 1936-1940,
tienen una orientación claramente fenomenológica.
Así ocurre, por ejemplo, con su
primera obra, "La trascendencia del Ego", en la que se discute la
naturaleza de la conciencia, distinguiéndose de la posición adoptada por
Husserl pero en clara dependencia con los planteamientos fenomenológicos. Lo
mismo ocurre con sus otras obras, filosóficas o literarias, de la época,
centradas las primeras en el interés por la psicología, adoptando una postura
crítica respecto a las escuelas psicológicas de su tiempo.
El segundo período, marcado por
la adopción de una postura atea y la asimilación de los presupuestos del
existencialismo, siguiendo en este último aspecto las reflexiones de Heidegger
respecto a la ontología de la filosofía de la existencia. En los años
posteriores, hasta 1952, la actividad filosófica de Sartre se vuelve hacia el
existencialismo que, a partir de la publicación de "El ser y la
nada", pasa ser uno de los principales, o al menos en el más popular y
conocido, representante del existencialismo.
Y el tercero, marcado por el
intento de sintetizar el existencialismo con una visión crítica y alejada de
las ortodoxias que mayormente dominaba el marxismo. Sin que se pueda decir que
abandona las tesis más radicales del existencialismo, Sartre, a partir de los
años 60 y hasta el final de su vida, orientará su actividad hacia el marxismo.
No, ciertamente, hacia las formas más ortodoxas de marxismo, pero mostrará
públicamente su interés hacia los países en los que el marxismo se constituyó
en una forma de poder político, aunque sin escatimar las críticas,
especialmente en aquellos aspectos en que un régimen totalitario choca con su
concepción existencialista del ser humano como libertad. De esta época datan
obras tan importantes como la "Crítica de la razón dialéctica",
considerada por algunos como la declaración de su ruptura con el
existencialismo, apreciación probablemente exagerada.
Por lo demás, hay que tener en
cuenta de forma general la actividad literaria de Sartre, continuada a lo largo
de toda su vida, así como la actividad periodística y su constante preocupación
por las cuestiones sociales y políticas, que hicieron de él un modelo de
referencia para los intelectuales comprometidos con la lucha contra la
injusticia y las contradicciones sociales de su tiempo.
El existencialismo es un movimiento filosófico que se desarrolla a
partir de 1927, con la publicación de "El ser y el tiempo", de Martín
Heidegger, y que alcanzó su máximo esplendor en los años 40 del presente siglo,
para decaer hacia la década de los 60. Su fundamental principio filosófico es
el análisis de la existencia humana como punto de partida para cualquier
ulterior reflexión sobre lo real. Como precursores de este movimiento hay que
citar a Kierkegaard, quien influye poderosamente en el ambiente intelectual
pre-existencialista, aportando numerosos temas de reflexión, y a Husserl, no
tanto por el contenido de sus doctrinas como por el uso que harán algunos
existencialistas (como Heidegger) de su método fenomenológico. Como lugares
comunes del existencialismo podemos reseñar los siguientes puntos:
Todas las filosofías de la existencia arrancan de una llamada
"vivencia existencial", que es entendida de diversos modos por los existencialistas:
como fragilidad del ser", como "marcha anticipada hacia la
muerte", o como "repugnancia o náusea general".
Su tema principal de investigación es la existencia, entendida como '`un
modo de ser particularmente humano". El ser humano es, pues, el único
animal que tiene existencia, en ese preciso sentido.
La existencia es concebida como una actualidad absoluta, no como algo
estático, de lo que se pueda decir que es, sino como algo que se crea a sí
misma en libertad, que deviene, que es un proyecto. La existencia, por lo
tanto, es algo que pertenece sólo a los seres que pueden vivir en libertad.
En consecuencia, el ser humano es pura subjetividad, es decir, puro
despliegue de su capacidad creadora, de su capacidad de ser para sí mismo, de
su propio hacerse, de su "existir”. El ser humano se crea libremente a sí
mismo, es su libertad. Pero pese a su subjetividad el ser humano no queda
cerrado en sí mismo, sino que se halla esencial e íntimamente vinculado al
mundo y, en especial, a los demás seres humanos. En su real y efectivo hacerse,
la existencia deviene "co-existencia".
La distinción entre sujeto y objeto, tal como es planteada por la
metafísica tradicional, es también rechazada por los existencialistas, entre
quienes prevalece la vivencia de la realidad sobre el conocimiento de la
realidad. Y en esa vivencia la oposición sujeto/objeto queda anulada.
La realidad es vivida fundamentalmente mediante la angustia, es decir,
por medio de aquello por lo que el ser humano se da cuenta de su finitud y de
la fragilidad de su posición en el mundo. La angustia se presenta como el modo
en que el ser humano accede al fondo último de la realidad. No olvidemos las
condiciones históricas que acompañan el surgimiento del existencialismo: entre
la primera y la segunda guerra mundial.
Entre los más destacados representantes del existencialismo podemos
destacar a los alemanes Heidegger (que es indiferente al tema de Dios) y Karl
Jaspers (que admite la trascendencia del ser humano después de la muerte)
dentro de la corriente que se ha dado en el llamado existencialismo negativo, y
en la que también se suele encuadrar al francés Sartre (existencialismo ateo
declarado y consecuente); y el también francés Gabriel Marcel, como
representante del existencialismo teológico o espiritualista.
La filosofía de la existencia se presenta como una filosofía pesimista,
cuya conclusión es la de que la existencia humana carece de sentido, es un
absurdo (el ser humano, como dice Sartre, es "una pasión inútil "),
ya que no hay ninguna esencia, ninguna dirección fija en la que deba
desarrollarse. Pero es a partir del reconocimiento de la existencia de donde,
precisamente, al no haber ninguna esencia prefijada, al no ser el ser humano
esto o aquello, sino pura libertad, como es posible re-construir el ser de esa
existencia y, con ello, la realidad toda y el ser humano, como un fruto de su
libertad.
Jean Paul Sartre fue el filósofo existencialista más comentado y el que
alcanzó mayor notoriedad en los círculos culturales de la Europa de la primera
mitad del siglo XX, incluidos los no existencialistas y los no estrictamente
filosóficos.
La noción de existencia en el pensamiento de
Sartre
La afirmación de que "la existencia precede a la esencia" es
considerada como la característica fundamental del existencialismo. Ahora bien,
la distinción entre esencia y existencia llega a la filosofía occidental de la
mano de Tomás de Aquino, quien la había tomado de Avicena, y fue utilizada por
él en el contexto de su teología para fundamentar la distinción entre los seres
contingentes y el ser necesario, a fin de poder conciliar sus planteamientos
aristotélicos con las exigencias de la revelación y los fundamentales dogmas
del cristianismo. Según tal posición, Dios, el ser necesario, es el único ser
en el que la esencia se identifica con la existencia, es decir, el único ser
cuya esencia consiste en existir.
Todos los demás seres, sin embargo, poseen la existencia de un modo
secundario, no forma parte de su esencia, por lo que son seres contingentes,
que pueden existir o no existir. Fueron muchos los filósofos occidentales que
consideraron tal distinción innecesaria, por cuanto la noción de existir no
añade nada a la noción de la esencia de algo real, como en el caso de la
posición adoptada por Kant, o por otras razones más o menos fundamentadas,
rechazando así los planteamientos metafísicos del tomismo.
Según tal distinción entre la esencia y la existencia, la posición de la
metafísica tradicional respecto a la relación Dios/seres humanos podría
reducirse a una sencilla explicación del tipo: Dios piensa el ser humano (su
esencia) y posteriormente lo crea, es decir, le da existencia a la esencia
pensada, del mismo modo que un artesano piensa primero el objeto y luego lo
construye según lo pensado. Ahora bien, ¿qué ocurre si suprimimos a Dios de esa
relación? ¿Cómo explicamos la existencia de los seres humanos, de la realidad?
Sartre al partir de la negación de la existencia de Dios, y no desde una
posición agnóstica sino desde un ateísmo radical, (que no es ninguna novedad en
la filosofía, por lo demás, y menos en la de finales del siglo XIX y principios
del XX), formulará una explicación distinta de lo que debemos entender por
existencia, y de lo que la existencia significa en el caso de los seres
humanos. Suprimido Dios, el esquema tradicional carece de sentido. No hay una
esencia eterna a la que un ser supremo dota de existencia. La existencia de los
seres humanos no se puede ya reducir a la realización de una esencia pensada
por Dios. Los seres humanos "están ahí", existen como realidades que
carecen de una esencia predefinida; y en ese "estar ahí", lo que sean
dependerá exclusivamente de su modo de existir. Dado que ese existir no es algo
"añadido" a una esencia predefinida, el existir de los seres humanos
es anterior a lo que son en cuanto tales, su existir es anterior a su esencia.
Y en la medida en que su ser esto o aquello depende de su propia realización
como seres humanos, su hacerse, su existir, es un hacer libre. Los seres
humanos no están sometidos a la necesidad de corresponderse a una esencia, por
lo que la existencia debe ser asimilada a la contingencia, no a la necesidad.
Los seres humanos son libres.
"Lo esencial es la contingencia", dice Sartre en La Náusea.
"Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad.
Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar,
pero jamás se les puede deducir.
Hay quienes, creo, han comprendido esto. Aunque han intentado superar
esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Ahora bien, ningún
ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es una máscara,
una apariencia que se puede disipar; es lo absoluto y, en consecuencia, la
perfecta gratuidad. Todo es gratuito, este jardín, esta ciudad y yo
mismo".
El ser humano y la libertad en el pensamiento
de Sartre
Distingue Sartre en el mundo dos tipos de realidades o entes, los que
son "en-sí", y los que son "para-sí". Entre estos últimos
se encuentran los seres humanos, en cuanto son conscientes de su propio ser, en
cuanto existen, en el sentido anteriormente señalado. Los demás seres
simplemente son. El ser humano, siendo consciente de su propio ser, y
precisamente por ello, existe, ¿Cuál es, pues, el ser del ser humano, el ser
del para sí? El ser del ser humano es la nada, tomada en su sentido más
literal.
¿Cómo llega Sartre a alcanzar esta respuesta? El análisis de la conducta
humana, basado en cierto modo en la filosofía de Heidegger, le lleva a Sartre a
descubrir en el ser humano la posibilidad que éste tiene, frente a los demás
seres, de contestar con un no, es decir: le lleva a descubrir al ser humano
como posibilidad de negar. La interrogación nos descubre un nuevo componente de
lo real, la negatividad. Pero ¿dónde está el origen de esta nada? No puede
originarse en el ser en-sí, puesto que la noción de ser en-sí no contiene en su
estructura la nada: el ser en-.sí es pura positividad. La idea de la nada tiene
que venir, en consecuencia, del otro único tipo de ser, del ser para-sí, única
realidad que queda, excluido en ser en-sí. Dice Sartre:
"Debe, por tanto, existir un ser - que no puede ser el para sí y que tenga como propiedad el níhilizar
(negar) la nada, soportarla en su ser y construirla continuamente de su
existencia, un ser por el cual la nada venga a las cosas".
Pero, para ser el creador de la nada, el ser humano debe albergar en sí
mismo la nada: el ser del ser humano, en definitiva, es la nada. No hay que
entender esta nada como si el ser humano en sí mismo fuera absolutamente nada:
en el ser humano hay un en-sí, es decir, su cuerpo, su "ego", sus
costumbres... Pero lo específicamente humano es su no determinación, su
libertad, su nada. Sartre nos dice, además, que el para-sí (el ser humano) se
caracteriza por tres tendencias:
La tendencia del ser humano a la nada se descubre en la conciencia y en
la libertad. Esta no es una propiedad del ser humano sino que es su propia
esencia. Con ello nos quiere decir que no es cierto que exista primero el ser
humano y luego se diga de él que es libre, sino que no hay, estrictamente
hablando, diferencia alguna entre el ser del ser humano y el ser libre del ser
humano: el ser humano es su propia libertad.
De la identificación del ser del ser humano y su propia libertad se
deducen dos consecuencias importantes para la concepción del ser humano en
Sartre, En primer lugar, el ser humano, como tal, no posee naturaleza alguna
predeterminada, no se identifica con una esencia determinada: su esencia es su
libertad, es decir, la indeterminación, la ausencia de toda determinación
trascendente.
En segundo lugar, la existencia precede necesariamente a la esencia,
hasta el punto de que la esencia del ser humano (del para-sí) es su propia
existencia.
¿Cómo llegamos a la conciencia de la libertad? La libertad se revela en
la angustia: "En la angustia adquiere el ser humano conciencia de su
libertad o, si se prefiere, la angustia es el modo de ser de la libertad como
conciencia del ser ". La angustia es la forma que tiene el ser humano de
darse cuenta de lo que es, es decir, la forma de darse cuenta de que no es
nada. El ser humano huye de la angustia y de este modo trata también de
sustraerse de su libertad. Pero el ser humano no puede liberarse de la
angustia, puesto que es su angustia, y por eso tampoco puede escapar de su
liberta. El ser humano está, por ello, "condenado a ser libre".
- Obras más importantes
Sus obras, tanto literarias como filosóficas, se enmarcan
en las corrientes existencialistas, desarrollando una tendencia política
marxista, siempre desde un posicionamiento revisionista e independiente.
La Imaginación (1936)
En 1935, Henri Delacroix
invitó Jean-Paul Sartre a participar en una nueva colección de filosofía en la
editorial Alcan, fue una excelente oportunidad para que Sartre sistematizara
sus lecturas de Husserl, avanzara en las reflexiones que estaba desarrollando
acerca de la imagen y planteara en un riguroso ensayo sus ideas sobre algunos
de los conceptos – y particularmente el de la conciencia- que en años sucesivos
se convertirían en auténticos temas centrales de su obra filosófica.
La Trascendencia del Ego (1936)
La trascendencia del Ego tiene directamente que ver, ante todo, con
la tesis misma que la obra defiende. Esta tesis, expuesta con admirable
brillantez, muestra al lector interesado que el yo, que su yo, su yo personal,
no es un dato inmediato de la conciencia. Cabe decir que es aquí donde, por vez
primera, la fenomenología francesa deja oír su propia voz. Si bien conocen
ensayos previos, nunca antes se reflejó la ambición crítica, conjugada con la
disciplina conceptual, como en este texto de Sartre.
La Náusea (1938)
En 1938 publicó su primera novela “la náusea”. La náusea es sin duda una novela metafísica,
una novela de un innegable calado filosófico, pero también es el relato
detallado de la experiencia humana de una calamidad, de una calamidad de
nuestro tiempo: el sentimiento y la contemplación del absurdo de la existencia.
Antoine Roquentin, su protagonista, está afectado de esa enfermedad en virtud
de cual produce un vértigo muy desagradable, una arcada difícil de controlar.
El muro (1939)
Su libro el muro, es una colección de cinco cuentos,
publicada en 1939. Los
cuentos que lo forman son: El muro, La cámara, Eróstrato, Intimidad y La infancia de un jefe, Sartre los definió como
cinco pequeños desastres trágicos y cómicos.
En este libro, Jean Paul Sartre destaca o muestra las
distintas formas de cómo los seres humanos enfrentamos la muerte, que se acerca
sigilosa y angustiosamente, pero con la plena seguridad de que saldrá
victoriosa. Algunos la aceptan resignados; con la cabeza gacha; esperando que
ella toque sus frentes; mientras que otros lloran y rasguñan el aire para
evitar ese contacto. Las manos sucias es otra obra
teatral escrita por Jean Paul en 1948, y estrenada en el Teatro Antoine (Paris)
el 2 de abril de este mismo año. En esta obra se explora las diferencias entre
el "deber ser" y el "ser", así como la ambigüedad moral
dentro del compromiso político, así como del enfrentamiento entre la
"eficacia política" y el riesgo de comprometer los ideales propios,
haciéndose eco de las doctrinas iniciales del existencialismo
de Sarte. Se plantea
la abstracción filosófica del hombre, con sus virtudes y defectos, en el cual
los personajes no se modifican por las circunstancias, sino por su necesidad de
realizarse.
El Ser y la Nada (1943)
El ser y la nada fue la primera obra de
Jean Paul publicada en 1943, bajo el título original de L´être et le néant, pieza clave del existencialismo y que sería
fundamental para entender su enfrentamiento a la política burguesa, reflejando
su querencia a las ideas de izquierdas. Sartre analizó las posturas de Marx creando
la idea del marxismo humanista, pese a que sus estudios fueran luego rebatidos
por Louis
Althusser. En el ser y la nada expresa que las personas son
seres capaces de crear sus propias leyes al rebelarse contra todo tipo de
estatutos, aceptando la responsabilidad, la ética y
toda moral
personal sin el apoyo de la sociedad. A lo largo de sus páginas, Sartre plantea
qué es el ser y cómo dar un sentido al concepto de la nada.
A Puerta Cerrada (1944)
A puerta cerrada es una obra de teatro existencialista creada
por él originalmente publicada en francés. La obra se inicia con el Mayordomo
conduciendo a un hombre llamado Garcín hacia un cuarto, que la audiencia pronto
identifica como el infierno (el infierno puede ser un hotel gigantesco, debido
a los "cuartos y pasillos" mencionados en la obra). El cuarto no
tiene espejos ni ventanas y sólo cuenta con una puerta, tres sillones, una
estatua de bronce y un abrecartas. Finalmente, una mujer, Inés, entra a la
habitación de Garcín, y posteriormente otra, Estelle. Después de que ambas
ingresen, el Mayordomo sale y la puerta es cerrada con llave.
Todos
esperan ser torturados, pero no aparece torturador alguno. En lugar de ello,
ellos descubren que están ahí para torturarse entre ellos, lo cual parecen
estar logrando.
Al
principio, los tres observan eventos que les conciernen, sucediendo en Tierra,
pero finalmente (conforme su conexión con Tierra se desvanece y los vivos
prosiguen) son abandonados con sus propios pensamientos y la compañía de los
otros dos. Al final de la obra, Garcín exige salir; tras decirlo, la puerta se
abre, pero ninguno decide salir, ya que se dan cuenta de que no pueden vivir
los unos sin los otros.
Los Caminos de la Libertad I, II, III
(1943-1945-1949)
Forman un estupendo fresco de la Francia antes,
durante y después de la II Guerra Mundial.
El primer libro, "La edad de la razón" se
nos presenta un París en plena ebullición cultural. El protagonista debe
recaudar el dinero suficiente para pagar el aborto de su novia. Con este
pretexto, el autor nos sorprende con una galería de personajes y situaciones
que enganchan desde el primer momento.
En el segundo libro, "La Prorroga" nos
cuenta el momento justo antes de la invasión alemana de Francia. Los mismos
personajes, más algunos nuevos, viven la nueva situación de diferentes modos.
En mi opinión es el mejor libro de los tres, y su estilo narrativo, muy
complejo, es impagable.
El tercer libro, el más flojo, nos presenta una
Francia dominada por los alemanes. La humillación de la derrota persigue a los
protagonistas. Los fragmentos del campo de prisioneros son muy realistas (como
todo Sartre) y evita todo tipo de sentimentalismo o de heroísmo de los
prisioneros.
El Existencialismo es
un Humanismo (1946)
Así empieza el libro que, como
tiene un fin aclaratorio, concreta y explica de manera totalmente eficaz los
temas fundamentales del movimiento existencialista en los años cuarenta, recién
terminada la guerra.
Critica de la Razón Dialéctica (1960)
Sartre
se cuestiona sobre la manera de conformar una antropología
estructural e histórica que no deje de lado la
concreción del objeto estudiado en un sistema fijo de conceptos. Para ello,
propone que la antropología marxista es la única que puede servir para este
objetivo, siempre y cuando esta empiece por comprender lo humano que supone el existencialismo.
De esta manera, Sartre intentó reconciliar el marxismo con el existencialismo,
usando eventos de la Revolución Francesa y otros sucesos históricos.
CONCLUSIONES
La filosofía de Sartre es bastante radical
sobre la existencia del hombre y su finalidad en el mundo. Puede ser
considerada por muchos como una postura pesimista e individualista, pero no
puede ser negada su originalidad ni su validez. Sartre como filósofo y escritor
debe ser nombrado al hablar de los mayores exponentes del pensamiento
filosófico contemporáneo, dado que en todas sus obras podemos palpitar un gran
compromiso por mostrar la realidad objetiva del hombre como ser humano.
Jean Paul se hizo acreditado como existencialista y es muy probable que
siempre se lo recuerde como tal. A fines de la segunda guerra mundial, la
destrucción y la muerte originada por el conflicto desataron la mirada
optimista acerca del progreso suscitado en el discurso positivista. Es allí donde se desarrolla la figura de Sartre, que sin haber
inventado la palabra existencialismo se le concede una fuerte representación a
esta filosofía la cual para algunos es más una actitud que una escuela de
pensamiento, llama la atención por atender temas como la subjetividad, la
finitud, la autenticidad, la libertad y la soledad. Pero se denomina
existencialismo a una serie de doctrinas filosóficas que, aunque suelen diferir
en mucho puntos, coinciden en considerar que es la existencia del ser humano,
el ser libre, la que define su esencia, en lugar de ser su esencia humana la
que establece su existencia. Para Sartre, el existencialismo es la filosofía
que hace suya la comunicación de que la “existencia procede a la esencia”
Jean Paul Sartre deja tras de sí un legado
lleno de lucidez y filosofía contenidas en pensamientos subversivos y actos
revolucionarios; así como el pensamiento de libertad como concepto central de
la existencia humana, el cual ha causado ecos aun después de su muerte.
Para muchos, Sartre representa el
compromiso de los intelectuales con la liberación del hombre, de los pueblos,
contra las injusticias y la opresión. Nos convoca para que caminemos el sendero
del compromiso permanente con la defensa de la dignidad humana.
Jean Paul Sartre marco
una época y se posesiono por siempre como el máximo exponente del existencialismo,
ahora y en el futuro seguirá siendo estudiado su pensamiento y su creación
literaria.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
JEAN-PAUL SARTRE Y SIMONE DE
BEAUVOIR, "sin fecha"
http://www.masmasculino.com/revista-masculina/JEAN-PAUL-SARTRE-SIMONE-DE-BEAUVOIR.html: Sábado,
06 de abril de 2013
Fundación
Wikimedia, Inc., Jean-Paul Sartre, 02 de abril del 2013
https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Paul_Sartre: Viernes, 05 de abril de 2013
filosofiajosefinas, CONTEXTO
HISTÓRICO DE SARTRE, "sin
fecha"
Documento
en línea. http://filosofiajosefinas.wikispaces.com/: Sabado, 06 de abril de 2013
Aloha Criticón, JEAN-PAUL SARTRE, "sin fecha"
http://www.alohacriticon.com/viajeliterario/article168.html: Viernes, 05 de abril de 2013
http://www.lecturalia.com/autor/1085/jean-paul-sartre: Viernes, 05 de abril de 2013-04-05
Autor Desconocido (2009) Jean Paul Sartre
http://www.webdianoia.com/contemporanea/sartre/sartre_text.htm: 24 de abril de 2013. Publicación sobre la Biografía del
Filósofo y Filosofía de Jean Paul Sartre.
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